viernes, 11 de enero de 2013

CELOS: "los que aman mal"

(Por Ernesto Moya)  

     Si revisás el historial de mensajes del celular de tu pareja, si te preguntas porque se arregla tanto y se perfuma para ir a trabajar, si intentas revisar sus mails, investigas a fondo su facebook, revisas sus bolsillos y cada papelito que anda suelto por ahí, entre otras cosas. Este artículo es para vos y para todas las victimas de celosos y celosas. Hay diferentes tipos de celos, en este caso me voy a centrar en el ámbito de la pareja.

     Aunque la cultura se esfuerce por demostrarnos otra cosa, los celos no son amor.  Gran cantidad de  canciones, poemas, películas y telenovelas nos dicen lo contrario, pero los celos suelen ser una suma de sentimientos negativos tales como: falta de autoestima, posesividad, necesidad enfermiza de controlar al otro, falta de habilidades sociales, desconfianza y hasta agresividad. Estos sentimientos se alejan mucho del amor. La persona celosa, quiere que estés con ella, luego con ella, después con ella y si te queda algo de tiempo también con ella. Comienza a absorber tu tiempo e intimidad poco a poco.
Andar por la vida sufriendo celos de forma moderada es una respuesta emocional normal pero, experimentarlos  de manera exagerada y descontrolada lo convierten en algo patológico. Cuando los celos son enfermizos empañan la razón de quien los padece, oscurecen el pensamiento y el buen entendimiento. Ninguna explicación es buena y el sentido común desaparece por completo.

 Es señal de que a nivel psicológico hay algo que no anda bien. Las personas celosas son capaces de abandonar sus actividades y condicionar la vida de la otra persona para no sentir celos (igualmente lo sienten), sin pensar que estas acciones pueden terminar deteriorando la pareja, las amistades y también las relaciones familiares. El celoso/a llega a presionar al compañero de diferentes formas, enojándose, haciendo chantaje emocional, reprochándole a su pareja falta de atención, etc.
Lo más dañino de los celos patológicos es el sentimiento de posesión sobre el otro o creer que el otro es propiedad de uno, este sentimiento puede desembocar en lo paranoico. Estas personas que tienen una fuerte dependencia emocional hacia los otros, experimentan tal grado de propiedad sobre la otra persona que las convierte en personas peligrosas y capaces de agredir a la persona amada ante la posibilidad de perderla.
Cualquier comentario y gestos del otro son analizados en busca de una pista que lo acerque aún más a su idea fija. El celoso siempre actúa motivado por la desconfianza, es una persona que suele ponerse de muy mal humor si su pareja comparte tiempo con otros o amplía su círculo de amigos. Justifica sus actos tratando de encontrar pruebas que demuestren una posible aventura. Sus sospechas se basan, la mayoría de las veces, en hechos infundados y, el constante temor a ser engañados o abandonados les lleva a ejercer un continuo estado de vigilancia permanente sobre la pareja. Cuando el celoso interpreta los hechos lo hace de una manera distorsionada y busca todas las pistas y señales que confirmen esa desconfianza, la mayoría de las veces, no encuentra ninguna, y su frustración es tal, que termina por violentar a la pareja para descargar su frustración y su ira.

El celoso/a va a tratar de que dejes de ver a tus mejores amigos, y les va a buscar todos los defectos posibles para convencerte de que no son buenas personas, tratando de manipularte hasta que dejes de verlos. La persona celosa te felicitará por tus logros, pero muchas veces si siente que vas creciendo, se asusta y teme que te alejes de ella, por lo tanto cualquier actividad que realices rodeado de gente con ciertos logros que la hagan sentir inferior la va a poner de muy mal humor. Es más fuerte el miedo que el amor.

Melanie Klein  sostenía que los celos se basan en la envidia, pero que son muy diferentes de ella. La distinción que ella establece entre ambos es similar a la aquí planteada: "La envidia es el sentimiento de enojo porque otra persona posee y disfruta algo deseable, y el impulso envidioso apunta a despojarla de ese algo o echarlo a perder, el envidioso no quiere el coche del vecino, solo quiere rayárselo”. El celoso se siente excluido de una escena en la que le gustaría participar. Los celos, conciernen a la relación de la persona con por lo menos otras dos, y se relacionan principalmente con un amor que el individuo siente que le corresponde y le ha sido arrebatado, o bien está a punto de serle arrebatado.
Según Freud nadie puede escapar a los celos (llamados normales) porque se originan en dolorosas experiencias infantiles por las que todos alguna vez atravesamos. Estos traumas infantiles universales vuelven a experimentarse cada vez que se despiertan nuestros celos en la edad adulta.
Para Freud, en los celos “normales” (los que experimentados en algún momento de nuestras vidas) siempre hay algunos componentes irracionales. La razón es que los celos demuestran tener profundas raíces en lo inconsciente y son la continuación de impulsos muy tempranos en la vida afectiva infantil. Las experiencias infantiles ejercen una gran influencia en nuestra elección de pareja.  Cuando encontramos a esa persona, proyectamos en ella la imagen interna que se formó en nosotros durante nuestra infancia. Los celos proyectados derivan tanto de una verdadera infidelidad como de impulsos hacia la infidelidad que han sido reprimidos. Si vos fuiste infiel, o deseaste a alguien pero no actuaste en consecuencia, es muy probable que proyectes esa infidelidad sobre tu compañero aunque éste sea inocente. O sea, le vas a echar la culpa  al otro de lo que vos hiciste o quisiste hacer y no te animaste, reaccionando con una escena de celos. Lo ideal es  lograr la comprensión de las verdaderas causas de los celos haciendo que vinculen las experiencias del pasado con los problemas actuales. También es probable que una persona que haya presenciado escenas de celos en sus padres y tenga más predisposición a ser celoso que otra cuyos padres se sentían seguros el uno del otro.

En el caso que una persona celosa pueda comprender que gran parte de sus celos son producto de sus propios impulsos reprimidos de infidelidad y que su compañero es una persona fiel, esa percepción puede ser suficiente para acercarse a la solución del problema de celos. En el caso de los celos delirantes, la solución no es tan fácil. Cuando los celos se vuelven patológicos se conoce como Celotipia. Hablar de celopatía es hablar también de un claro componente paranoico. Y como sucede en estas personas, el convencimiento sobre su verdad es total, sin que nada ni nadie logre convencerlos de lo contrario. En su mundo interno ya están fijadas una serie de ideas sobre las que se irá filtrando la realidad.
Si sos pareja de un celoso, en primer lugar busca apoyo profesional para hacer frente al problema. No pases la vida dando explicaciones de algo que no sos culpable, el celoso/a no las entiende.
No permitas que una pareja celosa arruine tus proyectos. La persona que te ama tiene que ser tu apoyo emocional, cómplice de tus logros y viceversa.

Si te reconoces en este artículo y sentís que tus celos están fuera de control, si está afectando sus relaciones y partes importantes de su vida, es momento de  considerar  asesoramiento para aprender a manejarlos mejor. Un psicólogo u otro profesional de la salud mental autorizado para ejercer puede trabajar con vos en el desarrollo de algunas técnicas para transformar tu pensamiento y tu conducta.
Mientras tanto, vas a tener que esforzarte en ser objetivo/a y aprender a diferenciar lo que son hechos reales de lo que puede estar manipulando tu imaginación. Analizá y preguntate primero por el verdadero motivo de tus celos, siendo honesto/a con vos mismo/a. Esto te ayudará a exponer tus sentimientos con claridad, a descubrir tus miedos, necesidades, etc. No culpabilices  al otro de lo que te ocurre. Tenés que ser responsable de lo que sentís y no olvides que tus actos dependen de vos, y sos la única persona que puede cambiar tu conducta ante lo que estas sintiendo.
Solo algunas de las consecuencias de los celos son: a)- la persona celada seguramente se  sentirá asfixiada, b)- se manifestarán graves problemas en la comunicación, cerrándose el diálogo y el respeto mutuo. La persona celada posiblemente ponga fin a la relación, y en este último ejemplo sería la profecía autocumplida para el celoso, donde entonces va a poder decir: “Y…yo ya lo sabía, siempre estuve seguro/a que me engañaba”.


jueves, 3 de enero de 2013

¿Sos carne de diván?



El odio, el rencor, la envidia son emociones que desgastan enormemente la energía. Son como los muebles viejos e inútiles ocupando un valioso espacio que necesitamos recuperar, en cambio si se reciclan se transforman en agradables objetos que da gusto tener en casa. Tenés que liberarte de los efectos nocivos de esas emociones. Cuando se abandonan el rencor y la envidia, también se alivia la ansiedad y el estrés, que nos devoran de a poco y causan enfermedades. Para hacer esto es necesario hacer algunos cambios en el tipo de pensamiento, no es fácil, pero se puede. Hay que trabajar con eso y abandonar el pensamiento mágico que nos lleva solamente a contemplar el cielo esperando el milagro. No pongamos nuestros problemas afuera. Alguna vez en la vida es muy saludable tomar la decisión y trabajar con nosotros mismos.
                                                                                                                                             Ernesto.