Podríamos revisar un poco nuestro sistema
de creencias y preguntarnos por ejemplo ¿Qué pensamos del resto de las
personas? ¿Las tratamos sin juzgarlas o las calificamos sin tener información
ni conocimientos sobre ellos? ¿Qué pensamos del compañero de trabajo que está
en otra sucursal, ése al que no conocemos su cara y todos los días nos solicita
algo por teléfono? Cuando estamos en un ascensor y en el piso siguiente sube un
desconocido, en ese momento algunas
veces incómodo, en el que buscamos fijar nuestra mirada en el techo, o en la
botonera ¿Qué nos pasa? ¿En que
pensamos? ¿Que sentimos ante la cercanía de un cuerpo desconocido? ¿Sentimos?
Ernesto Moya