viernes, 30 de agosto de 2013

La melancolía en relación a la psicosis. Pichón Rivière







Pichon tempranamente se interroga acerca de la melancolía en
relación a la psicosis. Al trazar la historia de la psicosis maníacodepresiva en 1948 la
pesquisa de Pichon va desde las ideas de Lazare Rivière de Montpelier, quien
sostiene que “de la disposición variada del humor melancólico salen todas las
formas diferentes de delirio”, pasa por Pinel que “se refiere a una constitución
melancólica `como causa frecuente de los desarreglos más extremos y de las ideas
más exageradas´”, por Griesinger (quien retoma las ideas de Guislain), acerca de
que “el período inicial de todas las enfermedades mentales es un estado de
melancolía”, por Kreapelin para quien los fenómenos de excitación y depresión
poseen el mismo origen, un “mismo mecanismo psicopatológico de carácter afectivo”
que inicia con fenómenos de depresión (Pichon-Rivière, [1948] 1970: 237-249). De
aquí puede deducirse cierta idea germinal de la depresión como núcleo patogenético
de las enfermedades mentales, que se corroboraría con la primera nota al pie del
texto en la que explícitamente Pichon sostiene: “Las psicosis pueden ser
consideradas como originándose en una situación básica general de carácter
depresivo, de donde surgen las demás como tentativas de resolver dicha situación
básica dando lugar a las estructuras maníacas, hipocondríacas y paranoides. (…) El
concepto de Griesinger de la depresión inicial y la evolución de la psicosis de un
grupo a otro se hace comprensible sólo por el estudio de los psicodinamismos de la
psicosis” (Garma & Rascovsky, 1948: 30).
De modo tal, que podría observarse cómo en la descripción misma de las
psicosis maniacodepresivas se pesquisa la instalación de la melancolía como núcleo
depresivo básico de la enfermedad única. A partir de aquí las referencias a la
melancolía se articularán sistemáticamente a lo que se definirá desde la década de
1960 como TEU.
Para vincular brevemente la situación depresiva básica a la teoría, vale
comenzar por el principio de las series complementarias. Cabe recordar que en 1946
presenta las tres series que más tarde denominará factor constitucional, factor
disposicional y factor actual o desencadenante. En esta dirección, cualquier ocasión
que produzca una mayor tensión instintiva o un debilitamiento del yo, inicia el
proceso de enfermar. De tal manera que si predomina el factor constitucional o
disposicional se originarían las psicosis endógenas, producidas principalmente por
factores internos que pueden ser de origen orgánico pero también conflictos
internalizados en la infancia; el predominio del factor actual correspondería a las
psicosis exógenas y reactivas, que se originan principalmente a factores actuales
externos, tanto ambientales como sociales (Pichon Rivière, [1947] 1970: 73). Este
conflicto entre el ello y el superyó genera una situación psíquica que se caracteriza
por un yo masoquista y un superyó severo, situación más intensa en las psicosis que
en las neurosis, condicionada por un proceso de regresión constituido por la
disociación (desmezcla) de los instintos, que normalmente actúan mezclados. Esta
situación (un yo masoquista frente a un superyó sádico) es la situación básica de la
psicosis configurada en el sentido de una estructura melancólica, punto donde inicia
la producción del resto de los tipos clínicos.
Asimismo, la melancolía se pesquisa también en lo que más tarde Pichon
denominará “áreas de expresión fenoménica”, ya que el conflicto básico de
naturaleza depresiva que constituye el primitivo núcleo patogenético, puede ser
proyectado en tres zonas (aquí, si el conflicto permanece en la mente da lugar a la
melancolía). En 1946 agrega la mención a los mecanismos de introyección para la
melancolía y de proyección para la hipocondría y paranoia (Pichon-Rivière, [1947]
1970: 76).


ÁREA 3. CUADERNOS DE TEMAS GRUPALES E INSTITUCIONALES
(ISSN 1886-6530)

viernes, 2 de agosto de 2013

PICHÓN RIVIÈRE Y FUTBOL

Estrategia

Enrique Pichon Rivière


-Bien, doctor Pichon Rivière, tendríamos que ocuparnos ahora de lo que se considera táctica y de lo que definimos como estrategia.
-De acuerdo. Si vamos a la definición académica lingüistica, la táctica se define como "sistema especial que se emplea en algún asunto o empresa, disimulada y hábilmente, para conseguir un fin". Si transladamos este concepto al fútbol, nos encontramos con que táctica aquí no es más que la situación del hombre sobre el terreno y la fijación que cada uno de los jugadores tiene de la misión a cumplir durante el desarrollo del partido. El fútbol moderno está basado en la integración del equipo, de modo que a cada jugador corresponde una tarea tanto defensiva como ofensiva.

-¿En todo los casos la misión es defensivo-ofensiva a la vez?
-Efectivamente, aunque en distinto grado, de acuerdo al puesto que ocupa cada jugador. Pero todos ellos, para jugar bien, deben cumplir con los dos aspectos; dejar de colaborar con los compañeros en algunos de ellos, es ponerlos en situación de inferioridad. Además, todo lo que deje de hacer un jugador tendrá que hacerlo ese compañero al cual él dejó de ayudar, y eso es relativo, porque no siempre estará en condiciones de realizarlo.

-¿De modo que dar con la táctica sería lo ideal?
-Ya manifesté que táctica es la disposición de las funciones de los jugadores en el campo y la ordenación de sus movimientos de acuerdo con un determinado plan preconcebido, con miras a la anulación del adversario en las líneas defensivas y la superación de su ofensiva. Pero no es suficiente concebir un plan ideal; para que un team funcione, hay que realizar ensayos, buscar la sincronización entre los jugadores, etcétera. Además, hay que tener en cuenta que una cosa es la teoría de ese plan sobre una pizarra y otra muy distinta realizarla en el campo, puesto que se juega con hombres que piensan y que no son autómatas. Es por eso que no es posible crear una táctica y adaptar los hombres a ella, sino que dicha táctica debe estar adaptada a los hombres con que se cuenta.

-¿Y en cuanto a la estrategia?
-Estrategia sería la labor previa de un sujeto o grupo mediante la que, a través de un proceso continuo de asunción de roles, se presenta internamente la acción, tratando por un proceso de aprendizaje, de conseguir el ajuste del encuadre del trabajo con el que, después, por técnicas operativas, se va a intentar la realización de lo que había sido planificado tiempo atrás.

-¿Que significa esto de los roles?
-Considera Geoge H. Mead, uno de los fundadores de la Psicología Social, que el concepto de rol es indispensable para explicar la génesis de la personalidad. Y que, gracias al lenguaje, el hombre es capaz de colocar dentro de sí (o sea internalizar) las diferentes partes del acto social -en este caso sería el partido de fútbol- en el cual él participa, pudiendo controlar de esta manera la actividad de los "otros" como la "suya", en base a una planificación o estrategia del acto social.

-¿Esto quiere decir que un jugador llega a asumir la actitud de otro?
-Así es: el jugador puede tomar la actitud de otro; es decir, jugar el rol de ese "otro". Gracias a este proceso conoce al "otro", con sus posibilidades en el campo de acción, y puede otro, es decir, jugar el rol de ese "otro" en una situación determinada.

-¿Pero puede ser, a la vez, que el jugador se represente internamente a todos los demás jugadores del campo?
-Sin duda alguna. El total de personajes de la acción, no sólo el de los compañeros sino también el de los adversarios, forman un conjunto dentro del jugador. Es lo que Mead denomina "el otro generalizado", que al fin de cuentas sirve de esquema referencial, operativo u operacional.

-¿Entonces un partido comienza a jugarse antes de entrar el jugador al campo?
-Usted lo ha dicho. El partido comienza a jugarse en lo que podríamos denominar la "cancha interna", dónde en base a tanteos, el jugador logra configurar una estrategia y una táctica para operar en la cancha externa. Si a esta posibilidad va unido un dominio de la pelota, este jugador adquiere una eficacia difícil de calcular.

-Comprendido, pero entiendo que las contingencias no se pueden prever...
-Es que otras de las condiciones que debemos destacar es la de que dicho jugador debe tener la posibilidad de rectificar durante la operación misma determinados esquemas de trabajo, realizando así los diferentes pasos de lo que se llama en la ciencia social una indagación operativa. Así es como llegamos a asistir al espectáculo inteligente, cambiante y estético, de alguien que intenta resolver las dificultades de la tarea sobre su actuación.

-Creo que nos estamos aproximando a la concepción del equipo operativo.
-Indudablemente. Hemos dicho ya que en cada jugador están representados los once adversarios, los diez compañeros y también él mismo participando en la acción. Por este camino se llega a esa concepción de roles, plásticamente administrados, logra una cohesión y una operatividad en la que cada jugador adquiere características de jefe de tarea (llamado también lider funcional) en el momento en que, por su actuación y el conjunto de la acción decide el porvenir de la operación que se realiza en ese momento. Si cada jugador cumple su tarea de esta manera, dónde el factor individual y el factor grupal coexisten en la forma señalada, cada uno en cada momento con una eficacia determinada.

-¿Este sistema no puede entorpecerse con la presencia de jugadores con determinadas anomalías psíquicas?
-Se puede observar, a veces, que hay jugadores que, por factores neuróticos, pueden manifestarse en forma de un liderazgo que no fue adjudicado; por otro lado otros pueden tener la imposibilidad de tomar la mínima y cambiante decisión de jugar el rol correspondiente en el ámbito del equipo. Los primeros se caracterizarán por ser sujetos nerviosos, agresivos, y perturbadores, que buscan la pelea como salida de su neurosis, mientras que los otros aparecerán como individuos indecisos, depresivos, que se llenarán de remordimientos cada vez que el equipo pierda considerando ellos mismos que han sido los responsables del revés.

-¿No estamos orillando nuevamente los conceptos de "juego" y "deporte"?
-En estas complejas funciones sociales, que se organizan desde la infancia, el mismo Mead estudia dos tipos de actividades, que se manifiestan, precisamente, durante el desarrollo del niño: el "play" y el "game", palabras que no tienen un equivalente exacto en castellano, pero que podemos traducir como "juego" y "deporte". El "play" es el juego libre; el "game" es un juego organizado, donde se pueden observar elementos pertenecientes a toda a actividad institucionalizada. En el "play", el niño juega, por ejemplo, con un compañero invisible. Más exactamente, él asume sucesivamente el rol de "el mismo" y el de "su compañero". Entre los seis u ocho años los juegos infantiles cambian de carácter y se organizan, o sea que son juegos sociales que se realizan con otros niños. Podemos afirmar entonces que, para ejercer un determinado rol social, cada uno de nosotros debe incorporar un número considerable de roles correspondientes a su época y grupo social. Diremos también, que un jugador de fútbol va a asumir un rol o conjunto de roles de acuerdo a su historia infantil y a las situaciones presentes. Y que toda dificultad en el manejo de la situación dentro del campo durante el partido estará permanentemente ceñida a elementos más o menos irracionales, ignorados por él y que pueden perturbar considerablemente la tarea del grupo. Si los integrantes de un grupo, asumen demasiado intensamente el rol del compañero neurótico, todo el equipo adquirirá características de un grupo en conflicto, expresando esta situación por una conducta neurótica determinada.

-¿Cómo podría salirse de esta situación?
-No existe otro medio que el empleo de una técnica de psicoterapia, llamada "psicoterapia grupal", que tendrá comop tarea, junto con su terapeuta, revisar el interjuego de roles dentro del grupo, en relación con la tarea concreta de jugar al fútbol y ganar.

 
Enrique Pichon Rivière
("Psicología de la vida cotidiana", 1966/67)




Teoría de la Espontaneidad



“ En un sentido cosmológico la espontaneidad se opone a la energía física que se conserva. En el psicológico desarrolla en el hombre un estado de perpetua originalidad y de adecuación personal, vital y existencial a la realidad que le toca vivir. El hombre por naturaleza busca la liberación de la espontaneidad, pero también la seguridad de lo nunca cambiante, la tradición tiene como objetivo evitar u obstaculizar la recreación del universo. Por eso se siente amenazada y crea estructuras dedicadas  a evitar los cambios. Así como la sociedad teme los cambios e inhibe el comportamiento espontáneo de los seres humanos, también el hombre teme ser libre, ya que muchas veces deberá enfrentarse a decisiones difíciles o alternativas peligrosas. Por lo tanto para evitar el sufrimiento pondrá límites a su espontaneidad. Instrumentará para esto diferentes recursos desde la represión hasta el aislamiento psicótico. La espontaneidad es un fenómeno primario y positivo no derivado de un impulso animal. Tiene un centro cerebral no desarrollado en la misma medida que la inteligencia o la memoria. Tiene un centro cortical que la representa pero no emerge de él. Moreno dice: La espontaneidad es un catalítico por lo tanto no es acumulable, El carisma de una persona depende mas de su espontaneidad que de su inteligencia.