domingo, 6 de septiembre de 2015

EL PROCESO CREADOR


Enrique Pichón Riviere 

“El vinculo que establece el artista entre su “yo" y el objeto artístico, si logra trascender, es porque su llamado o su mensaje representa la reconstrucción de un mundo que es propio y de todos.”
“La obra realizada por un artista, “como la de todo creador, ha seguido un curso no rectilíneo sino dialéctico. Se embarca en el tobogán de la espiral, creando, destruyendo el objeto estético para reconstruirlo en un nivel diferente y con técnicas diferentes”


                             “Partiendo de un primer periodo que es el descubrimiento y deslumbramiento o encuentro fortuito de algo que puede guardar aun las señales, de una destrucción previa, necesito para su recreación o reconstrucción un conjunto instrumental que caracterizara justamente al yo del artista. Se crea así, por primera vez, un vínculo vocacional con un objeto que, por la operación señalada, se ha transformado en el objeto estético.
 El objeto primario, fragmentado y disgregado, es “reparado” por el artista; cada fragmento de ese todo anterior sufre una metamorfosis totalizante, es una nueva forma y permanece a la espera de ser externalizada sobre la pantalla”

“Es el triunfo de la vida sobre la muerte, de la salud sobre la locura. Las contradicciones que habitaban el contexto de la creación, es decir, su mundo externo, se van resolviendo sobre la marcha. Así es como lo siniestro se transforma en lo maravilloso, el contenido y la forma en su síntesis recrean una nueva estructura.”

Adaptación activa


                                                                
   
  "El concepto de adaptación activa que proponemos es un concepto dialéctico en el sentido de que en tanto el sujeto se transforma, modifica al medio, y al modificar el medio se modifica a sí mísmo.
De este modo , se configura una espiral permanente, por el cual un enfermo que está en tratamiento y mejora opera simultáneamente en todo el círculo familiar, modificando estructuras en ese medio (produciendo una desalienación progresiva del intra y del extragrupo).
Pichón Rivière establece una fuerte vinculación entre adaptación activa y aprendizaje, definiendo a éste último como adaptación activa a la realidad. En efecto, "la adaptación activa a la realidad y el aprendizaje están indisolublemente ligados. El sujeto sano, en la medida en que aprehende el objeto y lo transforma, es decir, que hace ese aprendizaje operativo, se modifica también a sí mísmo entrando en un interjuego dialéctico con el mundo en el que la síntesis que resuelve una situación dialéctica se transforma en el punto inicial o tesis de una antinomia que deberá ser resuelta en ese continuo proceso en espiral".
La familia es el grupo primario donde comienza este proceso. Como indica Pichón Rivière, "la tarea del grupo familiar es la socialización del sujeto, proveyéndole de un marco y basamento adecuados para lograr una adaptación activa a la realidad en la que se modifica él y modifica al medio, en un permanente interjuego dialéctico".


miércoles, 2 de septiembre de 2015

El poder aglutinador de las consignas (Todos somos...)


Por Ernesto Moya



“La palabra es el hombre mismo.
 Sin ellas, es inasible.
El hombre es un ser de palabras.”
(Octavio Paz)

                    El hombre es el único de los seres vivientes que tiene la suficiente capacidad para representar simbólicamente la realidad. Podríamos afirmar que el lenguaje es un tipo de comportamiento social.

                   La sociolingüística nos muestra  la necesidad de reconocer que el lenguaje y la organización social son elementos recíprocos e inseparables de la vida de los individuos. Cada vez que hablamos y actuamos estamos  unidos  al conjunto de condiciones sociales que imponen ciertas maneras colectivas de ser.

                  Como resultado, muchos ciudadanos se organizan detrás de una consigna a través de las redes sociales, donde conforman una serie de afectos, intereses, temores en común,  identificación con las víctimas, y el rechazo a los posibles (reales o imaginarios) victimarios, construyendo  su propia subjetividad a través de puntos en común. Estos vínculos que se establecen a partir de ciertas subjetividades contemporáneas tienen un fuerte componente emocional.


Hay que tener presente que el poder del lenguaje es realmente sorprendente, los periódicos y los noticieros saben mucho de esto y todo el tiempo rastrean los efectos de los diferentes discursos políticos en la sociedad o sea, en el marco de la vida de los individuos. Ellos conocen perfectamente  las consecuencias en el orden social que puede tener un discurso  presidencial u  otro sector de poder, por ejemplo. Es importante tener en cuenta que estos lugares discursivos no son fijos, están sedimentados a través de un discurso que está impreso en un momento socio-histórico determinado.
                Por estos días en Argentina, las consignas parecen ser una disputa entre buenos y malos donde la única salida pareciera ser el  aniquilamiento del otro, el adversario, que es percibido como un enemigo al que hay que destruir (después de todo “la culpa siempre la tiene el otro”) ¿Seremos acaso una sociedad quejosa que se debate en un permanente e irresoluble conflicto? ¿Cómo se tramitan las diferencias en las identificaciones y en consecuencia en las identidades? Muchos son movilizados por la agenda mediática del momento,  sin que éstos se den cuenta y  crean que es iniciativa propia (que a veces la hay).


                   
 Habría que decir también que, todas las ideologías dominantes modifican las representaciones de nuestro psiquismo, de nuestra vida cotidiana, en lo político, cultural, popular etc. Por ejemplo “Al que madruga dios lo ayuda” “el que nace barrigón es al ñudo que lo fajen”, todos ellos reproducen mecanismos de encubrimiento. También existen los contra refranes, porque existen las formas de vida de los dominados y por lo tanto aparecen representaciones tales como: “no por mucho madrugar se amanece más temprano”. También se pueden hacer lecturas del folklore para encontrar la cultura oligárquica y a su vez la respuesta de la cultura campesina, popular. Así nos encontramos con la lucha ideológica.
                         En una década inundada de consignas de todo tipo, podemos observar que existe una práctica de identificación a partir de las consignas “todos somos”, “soy” o “no soy” y que muestra un juego de identidades y contra-identidades  que denota  una importante complejidad en este dilema de ser o no ser.
 Algunas tristes consignas argentinas : "Síganme. No los voy a defraudar" “Que se vayan todos” “Todos somos Cabezas” “Todos somos Fuentealba”  “Todos somos Julio López”  “Yo soy Nisman” o en plural “Todos somos Nisman” y su contracara “Yo no soy Nisman”. ¿Con quién o con qué se identifican estos portadores de la consigna? “Todos somos….. Todos somos…..   Todos somos…… Yo soy…. Yo Soy…¿O no soy? ¿Quién Soy? ¿Soy?

                                                                                                     
                                                                                                         Ernesto Moya
                                                                                              Psicólogo Social- Consultor Psicológico