viernes, 19 de julio de 2024

¿ Cómo afectan una situación social negativa, la economía y la violencia social en la psiquis y el comportamiento en las personas?

 


     La visión de la psicología social de Pichón Rivière se centra en la interacción entre el individuo y su contexto social, enfatizando el papel fundamental de las relaciones en la construcción de la subjetividad y la salud mental. Hizo hincapié en la necesidad de comprender al individuo en el marco de su contexto social y cultural. Por lo tanto, las situaciones sociales, económicas y políticas influyen en la salud mental y el comportamiento de las personas. Este enfoque implica reconocer cómo las condiciones externas (como la violencia o la pobreza) afectan la dinámica interna de los individuos y los grupos.

Su visión también aboga por la transformación social como un componente crítico de la salud mental. Pichón Rivière creía que el cambio social y la creación de condiciones de vida más justas son necesarios para promover el bienestar psicológico en la población.

     La inseguridad económica y social puede aumentar los niveles de estrés y ansiedad. Las preocupaciones sobre la pérdida de empleo, la falta de recursos y la inestabilidad en el entorno pueden llevar a trastornos de ansiedad y otros problemas de salud mental.



    Por otra parte, la sensación de desesperanza que puede derivarse de una crisis social o económica puede contribuir al desarrollo de la depresión. Los sujetos pueden sentirse atrapados en su situación y perder la motivación o el interés en actividades que solían disfrutar. Pueden llevar a que se sientan inseguros en su entorno, lo que a su vez puede provocar el aislamiento social. Este aislamiento puede agravar problemas de salud mental y generar una fuerte sensación de soledad.

      De este modo se naturalizan comportamientos agresivos y conflictivos. Las personas pueden volverse más propensas a resolver conflictos mediante la agresión en un contexto donde la violencia está presente y es frecuente. En un entorno social negativo, se desarrolla la desconfianza hacia los demás y hacia las instituciones. Esto puede dificultar la creación de relaciones positivas y aumentar el cinismo respecto a la capacidad de cambio social. Las circunstancias difíciles pueden afectar la percepción que las personas tienen de sí mismas y de su lugar en la sociedad. Esto puede llevar a una disminución de la autoestima y a una crisis de identidad.

Ante la presión y el sufrimiento emocional, algunas personas pueden recurrir al uso de drogas o alcohol como mecanismos de afrontamiento, lo que a su vez puede llevar a problemas de salud y complicar aún más su situación.

     



    En resumen, una situación social negativa, una economía débil y la violencia social pueden tener profundas repercusiones en la salud mental y el comportamiento de las personas, afectando tanto su bienestar individual como la cohesión social en general. Es fundamental abordar estos problemas desde múltiples frentes, incluyendo la salud mental, el apoyo comunitario y políticas sociales y económicas que promuevan la estabilidad y el bienestar.  


            Ernesto Moya

          Psicólogo Social - Consultor Psicológico